La fortaleza romana de Vindolanda fue
uno de los campamentos militares (castrum)
establecidos para custodiar la Muralla de Hadriano en Britannia. Sus restos
fueron excavados y estudiados en distintas oportunidades, pero sin duda alguna,
el descubrimiento que mayor interés suscitó se produjo en 1973, durante una
expedición arqueológica encabezada por Robin Birley. En esa oportunidad se
rescataron del entierro una gran cantidad de tablillas de madera (más de mil),
escritas en latín, con tinta a base de carbón y pluma de caña. Para nuestra
suerte, 752 de estas tablillas fueron traducidas y hoy se conservan en el
British Museum.
Su apertura constituyó un grave
problema, ya que su exposición al aire dañó la escritura de la primera de ellas.
Por tal motivo, se adoptaron medios de conservación idóneos: muchas de las
tablas fueron sumergidas de forma alternativa en alcohol metílico y éter, lo
que aseguró que los mensajes fueran preservados.
Estas tablillas, de un tamaño similar
a una postal moderna, son documentos históricos que revisten gran interés. En
su mayoría se trata de cartas personales de los soldados, así como también
documentos oficiales de carácter militar. Todas ellas datarían de los siglos I
y II DC., conformando un maravilloso conjunto de documentación histórica. Para
darnos una idea, hasta los descubrimientos de Vindolanda, sólo se conocían unos
pocos nombres de oficiales implicados en la ocupación de Britannia. Hoy en día,
estos hallazgos arrojaron luz sobre más de 140 nombres, entre oficiales,
soldados, mercaderes y otras personas vinculadas a la fortaleza, como Vitalis, quien era el encargado del
mantenimiento de los baños del recinto.
Exposición de las tablillas en el Museo Británico
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